Estudios recientes parecen confirmar que la reutilización repetida de botellas de plástico puede provocar que determinados productos químicos se escapen por las grietas y fisuras minúsculas tras un uso continuado.
El vendedor silencioso: la botella.
En 1994, el consumo de plástico en España fue de 2.487.115 toneladas y el consumo por habitante se situó en 63,07 kg frente a los 60 de 1993. Hay que tener en cuenta que se trata de un material ligero, lo que produce un ahorro importante en el coste del transporte del producto final. Sin embargo es necesario constatar que el 90% del coste del agua embotellada es por la botella.
En la actualidad es muy frecuente darse cuenta como la gente en general reutiliza todo tipo de botellas de plástico para rellenarlas de agua o de cualquier otro líquido. En la nevera, en el gimnasio, en el coche, cualquier momento es bueno para hidratar nuestro cuerpo por dentro y por fuera y para ello, que mejor que reutilizar la misma botella. Se trata pues de un práctico recipiente para contener líquidos, aunque desde hace años algunas investigaciones afirman que reutilizar envases de plástico puede ser perjudicial para nuestro organismo.
¿Componentes nocivos?
Algunas botellas de plástico están fabricadas con componentes como el pvc u otro tipo de resinas que pueden desprenderse al ser reutilizadas. Normalmente en la fabricación de estas botellas para uso alimentario se suelen respetar una serie de principios y normas que permitan que no exista ningún producto nocivo para la salud humana.
No obstante, estudios recientes han indicado que alimentos y bebidas almacenados en cierto tipo de botellas (plástico# tipo 7) pueden contener cantidades pequeñas de Bisphenol A (BPA), un producto químico sintético que interfiere con el sistema de mensajería hormonal natural del cuerpo y que puede desprenderse tras un uso continuado.
Según el Environment California Research & Policy Center, que examinó 130 estudios sobre el asunto, el BPA ha sido implicado en el cáncer del pecho y uterino, riesgo creciente de aborto involuntario, y niveles disminuidos de testosterona. El BPA puede también causar enormes daños a los sistemas de niños en desarrollo. Habría que tener en cuenta además que la mayoría de las botellas de bebé y de las tacitas para enseñar al bebe a beber en vaso se hacen con plásticos que contienen BPA. La mayoría de los expertos están de acuerdo sin embargo que la cantidad de BPA que podría filtrarse a los alimentos y bebidas durante el uso normal es probablemente muy pequeña, pero hay preocupaciones por el efecto acumulativo de pequeñas dosis.
Los defensores de la salud también recomiendan el no reutilizar las botellas hechas del plástico #1 (tereftalato de polietileno, también conocido como PET o PETE), incluyendo la mayoría de las botellas disponibles de agua, de soda y de jugo. Según la Guía Verde, este tipo de botellas pueden ser utilizadas sin problemas una vez pero en sucesivas veces podría desprenderse DEHP-otro carcinógeno humano probable-cuando están en condiciones de desgaste.
Otra mala opción para las botellas de agua, reutilizables o no, es el plástico #3 (chloride/PVC polivinilo), que puede desprender sustancias químicas que perturban las hormonas en los líquidos que almacenan y que desprenden agentes carcinógenos sintéticos al ambiente cuando son incineradas.
Dentro de las opciones más seguras encontramos a las botellas hechas de HDPE (plástico #2), un polietileno de baja densidad (LDPE, plástico AKA #4) o el polipropileno (PP, o plástico #5).
Tipos de plásticos.
La identificación de los envases de plástico recuperables se logra fácilmente mirando el número, o las siglas del sistema de identificación americano SPI (Society of Plastics Industry).
- PETE (Polietilentereftalato).
- HDPE (Polietileno de alta densidad).
- PVC (Vinílicos).
- LDPE (Polietileno de baja densidad).
- PP (Polipropileno).
- PS (Poliestireno).
- (Otros).
Envases inocuos.
Se define envase como todo recipiente destinado a contener un alimento, con la misión de presentarlo, protegerlo y preservarlo. Los envases deben ser inertes e inocuos, es decir, no deben aportar ningún tipo de sustancia contaminante al alimento que contienen, ni reaccionar con los compuestos del alimento. El vidrio es uno de los materiales de envase más inocuos e inertes del mercado.
Por ello, es mejor reutilizar botellas de vidrio y no botellas de plástico para envasar aunque sólo sea agua; sólo tenemos que dejar una botella de plástico que hayamos probado antes sin tocarla y al cabo de la semana probarla y observaremos el sabor que ésta adquiere.
Referencia: El Cuerpo.es