Fuente: Quiminet.com
El moldeo por inyección requiere temperaturas y presiones más elevadas que cualquier otra técnica de transformación, pero proporciona piezas y objetos de bastante precisión (siempre y cuando la resina utilizada no tenga una retracción excesiva), con superficies limpias y lisas, además de proporcionar un magnífico aprovechamiento del material, con un ritmo de producción elevado. Sin embargo, a veces, las piezas deben ser refinadas o acabadas posteriormente, para eliminar rebabas.
El ciclo de producción consta de ocho fases:
- Cierre del molde.
- Avance del grupo de inyección.
- Inyección del material en el molde, cerrado y frío.
- Mantenimiento de la presión.
- Refrigeración y solidificación del objeto (comienza al terminar la inyección y dura hasta que empieza la apertura del molde).
- Retroceso del grupo de inyección.
- Plastificación del material para el ciclo siguiente.
- Apertura del molde y expulsión de la pieza.
Las principales ventajas del moldeo por inyección son:
- El grado de automatización alcanzado con estas máquinas.
- La posibilidad para fabricar productos plásticos con tolerancias muy pequeñas.
- Versatilidad para el moldeo de una amplia gama de productos, tanto en formas como en materiales plásticos distintos.