Fuente: Gestores de Residuos.org
La Unión Europea ha lanzado el viernes 22 de Noviembre, una propuesta legislativa dirigida a reducir las bolsas de plástico, según la cual en el plazo de 2 años desde que se apruebe la medida, los estados miembros deberán tomar medidas para reducir el consumo de bolsas de plástico de menos de 50 micras. Esta propuesta daría la oportunidad a los estados para introducir prohibiciones a nivel nacional y la aplicación de instrumentos económicos que graben su consumo, instrumentos que se han mostrado efectivos en aquellos países donde se ha aplicado como Irlanda o Dinamarca.
En el año 2011 los resultados de la consulta pública a nivel europeo sobre la reducción de la bolsa de plástico ya fueron bastante evidentes sobre las medidas a tomar: más del 70% de los participantes se manifestaron a favor de la prohibición como instrumento más favorable para una reducción efectiva. Desde la Fundació Privada Catalana de Prevenció de Residus i Consum se lamentan, que la nueva propuesta de la UE no sea más ambiciosa ya que no sólo se deja en manos de los Estados miembros las medidas sino que no se establecen objetivos cuantitativos y tampoco se tiene en consideración la regulación de otras materiales problemáticos como son los bioplásticos o elementos oxo/fotodegradables.
En Cataluña, según el último estudio de la Agencia de Residuos de Cataluña (estudio sobre el consumo de bolsas de plástico en Cataluña el año 2011), se ha reducido el 43% del consumo per capita de bolsas de plástico de desechables en cuatro años 2007-2011, aunque todavía se consumen 26 millones de bolsas a la semana, es decir 465 bolsas de plástico anuales por hogar , o 179 bolsas por habitante.
Por otra parte el comercio (de proximidad) ha aumentado el consumo de bolsas en un 16%, lo que responde a que muchos comercios siguen entregando las bolsas gratuitamente: el comercio de proximidad reparte el 85% de bolsas de plástico de desechables consumidas el año 2011.
En varias cadenas de supermercados se ha extendido el cobro de la bolsa, que ha contribuido a contener el consumo desmesurado de bolsas, pero tiene unos resultados limitados y, además, el pago (que no la tasa) no es una medida pedagógica, ya que sólo visualiza el coste económico que le representa en el establecimiento y discrimina el pequeño comercio.
La situación actual muestra que para avanzar en una reducción efectiva de las bolsas de un solo uso es necesario ir más allá de los acuerdos voluntarios con los establecimientos. Por eso la petición de la campaña Catalunya Libre de Bolsas sigue vigente: que el Gobierno de la Generalidad de Cataluña regule el consumo de bolsas de plástico en Cataluña a partir de la aplicación de una tasa ecológica de 0,20 €/bolsa que grabe las bolsas de un solo uso como medida disuasoria de su producción y consumo. Revertir en un Fondo Económico de Prevención de Residuos para campañas de prevención de residuos, promoviendo las alternativas reutilizables (carretilla, capazo, bolsas plegables...).