Los primeros plásticos, como el celuloide o la galalita, partían de polímeros a los que se añadían sustancias plastificantes. El proceso que condujo a los plásticos modernos fue la sintetización: partir de monómeros o moléculas sencillas para obtener polímeros mediante una reacción química polimerizante.
Los resultados alcanzados por los primeros plásticos incentivaron a los químicos y a la
industria a buscar otras moléculas sencillas que pudieran enlazarse para crear polímeros. En la
década de los 30, químicos ingleses descubrieron que el gas etileno polimerizaba bajo la
acción del calor y la presión, formando un termoplástico al que llamaron polietileno (PE).
Al reemplazar en el etileno un átomo de hidrógeno por uno de cloruro se produjo el cloruro de
polivinilo (PVC), un plástico duro y resistente al fuego. Al agregarles diversos aditivos se logra
un material más blando, sustitutivo del caucho, comúnmente usado para ropa impermeable,
manteles, cortinas y juguetes. Un plástico parecido al PVC es el politetrafluoretileno (PTFE),
conocido popularmente como teflón y usado para rodillos y sartenes antiadherentes.
Otro de los plásticos desarrollados en los años 30 en Alemania fue el poliestireno (PS).
También en esta época se crea la primera fibra artificial, el nylon. Su primer uso fue la
fabricación de paracaídas para las fuerzas armadas estadounidenses durante la Segunda
Guerra Mundial, extendiéndose rápidamente a la industria textil en la fabricación de medias y
otros tejidos combinados con algodón o lana.
Nacen en 1942 las melaminas, las resinas epoxi, el poliuretano (PU) y en 1952 el policarbonato (PC).
La evolución ha sido muy rápida, hoy tenemos unos 50 materiales que con sus tipos, subtipos,
mezclas, etc. pueden llegar a ser unos 2000.