lunes, 28 de abril de 2014

Infografía sobre la composición de las islas de plástico en ingles






Infografía sobre la Gran Mancha del Pacífico






La desaparición del avión malasio descubre un inmenso vertedero oceánico


Foto: José Mesa cc
La desaparición del vuelo 370 de Malaysian Airlines ha consumido un montón de recursos y atención mediática en el rastreo, pero sus hallazgos científicos han superado cualquier previsión. Al principio, la gran cantidad de bolsas de plástico, utensilios de pesca y restos de contenedores encontrados alrededor de Australia sólo representaban dificultades imaginables, y había que descartar que no se tratara de restos de la nave. Sin embargo, pasado un mes de atención global, un nuevo descubrimiento empieza a ensombrecer las pistas sobre el paradero de las cajas negras: resulta que la cantidad de basura flotando en el Índico supera cualquier estimación previa. Auténticos ecosistemas de plástico a la deriva han sido documentados a vista de pájaro. 

Cuando se habla de “manchas oceánicas”, los científicos se refieren a las grandes áreas de basura flotante que han ido formándose desde 1970 debido a la práctica conocida como dumping, es decir, la descarga de desperdicios que los barcos efectúan en alta mar. En esa misma década la Organización Marítima Internacional prohibió la práctica, y hoy la basura que termina en el mar proviene principalmente de los ríos. Sin embargo, la suciedad va en aumento y las "manchas" se vuelven permanentes. 

Los océanos Pacífico y Atlántico poseen dos extensiones de basura cada uno, al norte y al sur. El Océano Índico, donde se cree que el boeing 777 desapareció, es el menos estudiado en cuanto a contaminación. Su "mancha" de desperdicios fue descubierta en 2010 por el científico Marcus Eriksen, fundador del 5 Gires Institute. Eriksen navegó desde el oeste de Perth, Australia, en dirección a África, y allí pudo comprobar que sobre el Índico flota un área de plástico de cerca de cinco millones de kilómetros cuadrados. 

Las últimas imágenes de la zona han localizado la mancha índica a medio camino entre África y Australia, y Eriksen ha podido confirmar que su contenido circula a través de una gran corriente hasta la costa del continente africano, la recorre en dirección al sur y vuelve a Australia en un viaje que dura seis años. Según los cálculos del científico, si el avión malasio se estrelló en la costa este de Australia (como las autoridades parecen creer), es posible que los deshechos ya estén viajando hacia el oeste en dirección a Madagascar para unirse a la gran mancha. 

A menos que quede atascado en el centro de la misma, donde podría permanecer indefinidamente, los restos llegarían a África dentro de un año. 

El plástico a flote en la tierra ha crecido 100 veces en cuatro décadas. El programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente calcula que en cada kilómetro cuadrado del Pacífico, el océano más afectado, pueden hallarse 46.000 piezas de plástico: sólo en él flotan 18 millones de toneladas de plástico, y la isla más grande de basura tiene la superficie aproximada del estado de Texas. 

¿Pero qué ocurre con el plástico en el fondo del mar? El poliéster (el material más frecuente, presente en botellas y todo tipo de envases) no flota eternamente, sino que con el tiempo y el sol se oxida y se hunde. Por eso se calcula que en el fondo del océano hay diez veces más basura que en la superficie. 

Al mismo tiempo, las manchas de basura transforman ecosistemas y atraen comunidades de vida. Investigaciones recientes sugieren que estas extensiones están produciendo una nueva ruta evolutiva para los microbios, además de una cadena alimenticia al margen del aire y del agua. Los envases más viejos de estas manchas muestran pequeñas mordeduras de peces, así que lentamente la materia se rompe en trozos cada vez más pequeños. Estos son ingeridos y pasan a formar parte de la organismos vivos. Las tortugas marinas y las ballenas grises de California son grandes consumidoras involuntarias de plástico procedente de la mancha del Atlántico Norte, una de las que posee mayor concentración, pues recibe los deshechos de los Estados Unidos, Canadá, México y Europa. 

La tecnología para detectar estas manchas desde el aire no está creada, y las embarcaciones pueden toparse con ellas. Por eso las imágenes aéreas generadas durante la búsqueda del avión malasio suponen la mejor oportunidad que la comunidad científica ha tenido en mucho tiempo en el área de la contaminación marítima. La investigadora Kathleen Dohan, del centro de investigación de la Tierra y el Espacio de Seattle, estima que se trata de un buen momento para documentar las nuevas extensiones flotantes de residuos: “Esta es la primera vez que todo el mundo está mirando; la gente debe entender que nuestros océanos son vertederos de basura”. 

Puede parecer irónico: con sólo una parte del despliegue militar y la inverisón de gobiernos como el chino, el malasio o el autraliano para localizar los restos de un avión que probablemente se estrelló en el mar y cuyos pasajeros ya se dan oficialmente por fallecidos, se podría documentar cómo se ven nuestros desagües desde las alturas. Y no se trata de un capricho científico: la contaminación ya es una de las principales causas de muerte en el planeta. 


Foto de Jose Mesa (cc)

sábado, 26 de abril de 2014

Conductividad eléctrica de materiales plásticos


Las enormes posibilidades de diseño y acabados de los materiales plásticos han motivado que hayan cobrado un gran protagonismo en sectores como el eléctrico-electrónico. Por sus características aislantes tradicionalmente han sido importantes para aplicaciones como fundas protectoras de cableados eléctricos, así como elementos eléctricos diversos como enchufes, regletas, conmutadores, etc. 

Sin embargo, en los últimos años con el desarrollo de polímeros conductores el abanico de opciones se ha multiplicado de manera evidente. Sin llegar a elevados niveles de conductividad eléctricas, los polímeros cargados con partículas conductoras (grafito, nanocargas) son especialmente atractivos para usos como carcasas de equipos electrónicos con propiedades de descarga electrostática (ESD) y apantallamiento electromagnético (EMI). Habitualmente, el empleo de materiales plásticos en estas disciplinas se basa en la aplicación de pinturas o tratamientos metálicos superficiales. Sin embargo, este tipo de recubrimientos presenta desventajas, ya que cualquier incisión o rayado superficial puede convertir la carcasa en una perfecta antena y perder totalmente la funcionalidad protectora requerida, a los que hay que añadir el gasto energético suplementario del tratamiento, precio, etc. 

Otras aplicaciones atractivas y de gran impacto tecnológico de los plásticos conductores son sus posibilidades como sensores electrónicos, los cuales reaccionan frente a un estímulo externo. En este caso, una deformación (piezorresistivos). 

El rango de conductividades o resistividades de estos materiales acota la posible aplicación para el plástico conductor, ya sea como ESD, EMI o dieléctrico. Por tanto, la caracterización de las propiedades conductoras del material es un aspecto crítico a tener en cuenta. AIMPLAS dispone de un completo equipamiento para determinar las resistividades eléctricas de los materiales plásticos en diferentes rangos. 

En el terreno de los materiales inteligentes, y más concretamente de la sensorización, es posible caracterizar la respuesta eléctrica de un material plástico cuando es sometido a una deformación,es decir, un comportamiento piezorresistivo. En el ámbito del apantallamiento electromagnético no sólo el rango de conductividad eléctrica es determinante. El diseño, la presencia de fugas y sellado de la carcasa, sobre todo en agujeros y aperturas, son también aspectos críticos. 

AIMPLAS trabaja con estas técnicas de caracterización, ofreciendo un completo y amplio espectro de posibilidades para el estudio de las propiedades eléctricas de los materiales plásticos.


Fuente: Aimplast.es

lunes, 7 de abril de 2014

AIMPLAS inaugura un centro para nuevos materiales y nanocomposites


El Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) ha inaugurado sus nuevas instalaciones en el Parque Tecnológico de Paterna (Valencia).

Se trata de un centro para la investigación de nanomateriales, materiales procedentes de fuentes renovables, composites y materiales inteligentes con el que se amplían y completan las capacidades del centro tecnológico en I+D+i.

El nuevo edificio, que cuenta con una superficie total de 4.500 metros cuadrados distribuidos en tres plantas, va a permitir a AIMPLAS aumentar el número de proyectos de investigación realizados anualmente gracias al nuevo equipamiento con el que ha sido dotado. Por lo tanto, también se elevará la capacidad de transferencia de los conocimientos obtenidos hacia las empresas del sector del plástico, tanto valencianas como nacionales. AIMPLAS inaugura nuevas instalaciones.




El president de la Generalitat, Alberto Fabra, en la visita a las nuevas instalaciones acompañado por el presidente de AIMPLAS, Jaime Pujol, y por el director gerente del Instituto, José Antonio Costa.

Actualmente, AIMPLAS dirige sus actividades de I+D+i exclusivamente a los materiales plásticos y sus procesos de transformación. 

Gracias a la puesta en marcha de estas nuevas instalaciones, los investigadores de AIMPLAS podrán mejorar su capacidad para abordar proyectos relacionados con materiales plásticos de mayor valor añadido y procesos de transformación innovadores, así como su utilización en nuevas aplicaciones en sectores de elevadas exigencias como el del envase, el aeronáutico, la automoción, la construcción y el médico. 

Concretamente, se llevarán a cabo proyectos de desarrollo y mejora de materiales poliméricos renovables, nanocomposites, ignífugos, así como de mejora de sus propiedades y de su procesado. También se prevé desarrollar nuevos productos como envases activos e inteligentes y aquellos basados en materiales reciclados. 

Un edificio sostenible con piel de plástico 

El diseño del nuevo edificio sigue los mismos criterios de sostenibilidad que marcan las líneas de trabajo de AIMPLAS. Por eso se ha tenido especial consideración en reducir al mínimo su consumo energético hasta lograr una calificación energética B con un consumo anual de 49.000 kWh y unas emisiones de CO2 anuales de 32.000 kg. 

Además, en su construcción se ha tratado de utilizar el mayor porcentaje de materiales plásticos posible. Desde el caucho de etileno propileno dieno (EPDM) con el que se han impermeabilizado las cubiertas, que es un material sostenible por el hecho de ser fácilmente reciclable y que ayuda a reducir el consumo energético, hasta los lucernarios y falsos techos acrílicos de PVC, los aislamientos de poliestireno expandido y extruido o las moquetas de nylon y las carpinterías de PVC. 

Pero sin duda, uno de los elementos más singulares del edificio son las fachadas, diseñadas con una serie de revestimientos exteriores plásticos que no solo le confieren un aspecto estético muy interesante y moderno, sino que también poseen una función de control solar del edificio que contribuye a su eficiencia energética.


Fuente: Mundo Aimplast

miércoles, 2 de abril de 2014

Crean marcador que diferencia el PET del PVC lo que facilitaría el reciclado de plásticos


 
Si una botella de PVC se mezcla en el proceso de reciclado del PET afecta hasta una tonelada del producto, causando perdidas económicas. Es por eso que hace algunos años, una PyME le solicitó al Centro de Investigación en Materiales Avanzados (CIMAV) Unidad Monterrey, una tecnología que identificara el PVC del PET, ya que dicho material les provocaba pérdidas a su empresa dedicada al reciclado del polímero. 

Luego de un proceso de investigación, CIMAV realizó un marcador químico por medio del cual identifica el PVC. Su aplicación puede ser en forma de spray y en menos de un minuto detectar las hojuelas de dicho material. 

El doctor Sergio Alfonso Pérez García del CIMAV, colaborador de la investigación explica que la PyME les indicó que una sola botella de PVC afecta el precio del producto en una tonelada de PET. Por lo que necesitaban contar con un sistema de diferenciación para tener una mejor calidad del producto y ser competentes en el ramo. 

“Lo que se le entregó a la empresa fue una formulación química para que de manera sencilla marquen el producto que no quisieran, en este caso el PVC; porque tiene propiedades físicas similares al PET”. 

El doctor del CIMAV comenta que estudiaron lo que podía hacerse técnica y científicamente para entregar una formulación a la PyME, y elaboraron un producto que la empresa pudiera aplicar mediante una prueba sencilla, que ahorra tiempo y el costo del producto es económico. 

Esta formulación puede aplicarse antes de separar las botellas, sin embargo, a la PyME les importaba aplicarla durante el proceso en el que la hojuela ya estuviera cortada, por lo que se les elaboró un marcador líquido que se utiliza en forma de spray sobre las hojuelas y en 30 segundo detecta aquellas que están hechas de PVC porque muestran un color intenso que resalta sobre las de PET. 

El doctor Pérez García explica que éste procedimiento podría ser “preventivo” con la botella completa, pues el marcador señalaría la botella que no es de PET, sin embargo, la PyME tiene personal que separa de forma manual ciertas botellas que ya conocen, sin embargo, no tienen la certeza que estén hechas con PVC. 

El marcador químico se diseñó de manera específica para la PyME que se dedica a reciclar PET, el doctor del CIMA-Unidad Monterrey tiene conocimiento que lo utiliza en su laboratorio, y desconoce si el producto fue comercializado. 

“El marcador químico que diseñamos es económico, la cuestión es capacitar a la gente para que lo maneje”. 


Articulo escrito por: Daniel Medina
Publicado en: Web Adictos