viernes, 8 de agosto de 2014

Cómo cuidar el interior de los autos clásicos


Crédito: Sonax / Sonax / dpa-tmn

El sol, el calor y la humedad suelen atentar contra el equipamiento de los vehículos antiguos, en su mayoría con componentes plásticos. Los consejos de los expertos. Una grieta en el volante, la puerta de la guantera rota o el tapizado de los asientos de cuero resquebrajados: el tiempo y el uso provocan este tipo de daños en el interior de los vehículos. Los años dejan en claro lo que las radiaciones del sol y los cambios de temperatura hacen en los materiales plásticos, sin que se pueda hacer mucho por evitarlo. 

El plástico es, desde los años 60, lo más utilizado en el equipamiento del interior de los vehículos, ya sea en el cuadro de mandos, el volante, las manijas de la puerta o el tapizado, y por lo tanto se sigue encontrado en los autos antiguos. Sin embargo, el gusto de los consumidores cambió con el tiempo. 

“Mientras hoy existe la tendencia a superficies más claras y decorativas, de los 60 a los 90 el diseño del interior estuvo marcado por la funcionalidad, con superficies negras u oscuras en el cuadro de mandos”, dice Jürgen Bühring, director de desarrollo en el grupo Benecke-Kaliko, una empresa que fabrica productos de cuero artificial para la industria automotriz. 

Aunque los modelos del segmento más alto tienen un equipamiento interior de cuero, el resto apuesta por materiales más económicos y asequibles. “El envejecimiento del plástico antes ya era visible, a veces, poco después de que expirara la garantía”, afirma Bühring en referencia a las grietas en el tablero de mandos, en los asientos y en la bolsa de la palanca de cambio. Pero esas muestras de envejecimiento también se dejan ver en materiales mejores

Los síntomas son variados. El plástico de PVC se va evaporando y, por lo tanto, quebrando, lo que genera olor y deja una superficie aceitosa en el interior del vehículo, afirma Volker Wachtendorf, de la Agencia Nacional Alemana para la Investigación de Materiales. 

“En la mayoría de los casos, el daño en la superficie comienza cuando se ve que se empaña y se hace más gris o amarillenta”, señala Wachtendorf acerca de las primeras muestras de la incidencia del sol. También la alta humedad puede acelerar la descomposición de algunos materiales o la creación de moho, lo que llevaría a problemas mecánicos. 

Los daños en el revestimiento de plástico de los volantes son más fáciles de combatir, según Gundula Tutt, restauradora de vehículos clásicos, quien afirma: “Las grietas en el plástico se mejoran con materiales especiales”. 

“La causa de los problemas y lo avanzado del daño hacen que haya que tratar cada caso de forma individual”, dice Tutt, que como principal medida de previsión aconseja guardar el vehículo antiguo en el garaje. Un auto se conserva mejor si se mantiene en la oscuridad, en temperaturas bajas constantes, humedad moderada y con la menor carga mecánica posible. “Evitar la luz directa del sol o el calor ayuda”, explica la expecialista. “Sin embargo, sólo ayuda a aplazar al máximo el proceso. En algún momento ya no se podrá evitar el cambio de esas partes”, agrega. 

Los revestimientos de los intermitentes o el pomo de la palanca de cambio se pueden dejar como si fueran los originales. En el futuro, la impresión en 3D podría utilizarse para reproducir piezas originales, incluidas las partes de gomaespuma. 

Productos de limpieza como sprays para la superficie del cockpit tienen, según Gundula Tutt, sólo un efecto cosmético, ya que unicamente rellenan las microgrietas de forma superficial y dejan el material más oscuro y más brillante, pero de forma transitoria. “Es importante que en los productos no haya disolventes”, alerta, por su parte, el ingeniero en tecnología química Richard Hanauer, que trabaja para una importante compañía de productos de limpieza y cuidado. 

Hay que prestar también especial atención en el uso de estos remedios en el volante y los pedales. El experto recomienda apelar sólo a elementos que limpien con cuidado el material y que no formen una película resbaladiza. 


Fuente: dpa