lunes, 31 de marzo de 2014

Los materiales plásticos y el paso del tiempo


Todos hemos oído alguna vez eso de que los plásticos no aguantan el sol, que blanquean con el tiempo, que se hacen más rígidos y frágiles con el paso del tiempo, etc. Pero, ¿qué garantía ofrecen los materiales plásticos al paso del tiempo? 

Predecir la durabilidad de un producto en función de las agresiones que éste sufrirá durante su “vida útil” es un continuo reto para los fabricantes de materia prima plástica, los fabricantes de equipos que “imitan” esas agresiones de forma acelerada y los laboratorios de ensayo a los que se nos demanda muchas veces predecir el tiempo mínimo en el que un producto funcionará correctamente. 




Además de las tensiones por fatiga, vibración o ataques químicos que aparecen con el uso continuado, un producto puede encontrarse sometido a unas determinadas condiciones ambientales de temperatura, humedad y radiación solar que hagan peligrar los requerimientos estéticos, funcionales o de seguridad que se esperan de él. Parece lógico pensar que exponer a los productos a las condiciones esperadas de servicio, o mejor aún, a las peores condiciones a las que deban enfrentarse, es una forma de estudiar su comportamiento. 

Aunque predecir el envejecimiento o degradación que un producto o material va a padecer por culpa de factores aislados o combinados de frío, calor o lluvia a lo largo del tiempo no es más que una estimación, existen determinadas herramientas que podemos utilizar para predecir cómo van a soportar el paso del tiempo nuestros productos: los ensayos climáticos. Cámaras climáticas Estos ensayos están normalizados bajo documentación que describe minuciosamente ciclos de frío, calor, ciclos de calor húmedo o ciclos compuestos de temperatura o humedad. 

La duración de estos “envejecimientos acelerados” también suele estar concretada en las normas aunque es práctica habitual adaptar la duración del ensayo y la agresividad en las temperaturas extremas en función de los requisitos de durabilidad y de las exigencias requeridas al producto final. Por ejemplo, en el sector de automoción cada uno de los fabricantes de automóviles tiene su propia normativa para simular el comportamiento de los componentes que, incorporados en el interior del vehículo, van a sufrir cambios de temperatura y radiación extremos. 

Pues bien, en este tipo de ensayos, la ubicación final del componente dentro del habitáculo del coche va a determinar las temperaturas extremas del ciclo, de tal manera que para componentes situados por encima de la línea de la cintura y por tanto con mayor exposición solar, van a tener que superar un ensayo más exigente que aquel componente que esté por debajo de la línea de la cintura o a ras de suelo como pueda ser la moqueta en la que descansan nuestros pies mientras conducimos. 




No olvidemos que los materiales plásticos son materiales sintéticos obtenidos mediante procesos de polimerización o multiplicación de los átomos de carbono en largas cadenas moleculares de compuestos orgánicos derivados del petróleo y otras sustancias naturales. La movilidad de esas largas cadenas depende básicamente de la temperatura del entorno y, por supuesto, afecta directamente a las propiedades de los plásticos. 

Debido a su naturaleza, durante los ensayos climáticos y de envejecimiento, el movimiento de esas cadenas moleculares o la rotura de las mismas afecta a las propiedades del plástico, casi siempre para empeorarlas. 

Veamos cómo afectan algunos agentes climáticos: 

Frío: Las bajas temperaturas, por debajo de la temperatura de transición vítrea del material, inmovilizan las cadenas, volviendo el material frágil y quebradizo. Esto es así porque las cadenas no pueden deformarse para absorber esfuerzos. 

Calor seco: Las altas temperaturas provocan la movilidad de las moléculas, provocando cambios en la estructura cristalina y por lo tanto en las propiedades del material. Además el calor favorece mucho los fenómenos de migración, por lo que efectos como la pérdida de plastificantes se acelera pues migran a la superficie. 

Calor + humedad alta: Los polímeros polares (PA, PET, PUR,…) son capaces de absorber gran cantidad de agua, provocando diversos cambios tanto a nivel estructural como en propiedades finales. Esta absorción de agua afecta algunas propiedades: - Altera estabilidad dimensional. - Reduce resistencia y dureza, aumenta tenacidad. - Disminuye la resistencia eléctrica. El agua puede actuar como un plastificante (necesario en casos como las poliamidas) o ser perjudicial, ya que puede provocar la hidrólisis de algunos polímeros en combinación con elevadas temperaturas (por ejemplo en el PET). 

Ciclos frío – calor: Los cambios de temperatura y humedad generan tensiones en el material que favorecen la aparición de grietas, roturas, cambios dimensionales, etc. 

Todos estos factores y los daños que producen los factores climáticos bien de forma natural o artificialmente acelerando el proceso, deben ser evaluados y a ser posible cuantificados. 

En AIMPLAS contamos con numerosos equipos que simulan estos envejecimientos así como los medios para “cuantificar” las alteraciones que la estructura el material o la parte superficial de la pieza pueda haber cambiado. Una forma habitual de cuantificar la degradación de un material es medir ciertas propiedades antes y después de someter a la pieza o producto al ensayo de envejecimiento y comprobar la merma de dichas propiedades al finalizar el ensayo. Las propiedades más habituales y a la vez más críticas donde se suelen producir mermas importantes en función de la agresividad del ensayo, son el brillo, color, dureza, resistencia a la flexión o al impacto, estado de la adhesión de barnices y pinturas o a nivel superficial, posibilidad de aparición de defectos como ampollas, deslaminaciones, grietas o fracturas. 


Fuente: Rosalía Guerra Tornero 
Responsable del Laboratorio de Automoción en AIMPLAS


viernes, 28 de marzo de 2014

Plastic Injection Molding




Un molde y, con él, millones de copias. Así se fabrican muchas piezas de plástico (con material virgen o reciclado). Un buen ejemplo de cómo funciona la maquinaria más actual. 

lunes, 24 de marzo de 2014

EEUU triplica la tasa de reciclaje de plásticos rígidos en 6 años



Botellas de leche en PET.
El reciclado de los plásticos rígidos subió 10 por ciento en 2012 en más de medio billón de kilogramos. 

El total de 453,000,000 kilogramos triplica la cantidad reciclada en 2007, cuando la industria comenzó con el reciclaje de plástico rígido, según el último estudio realizado por Moore Recycling Associates Inc., Sonoma, California 

El informe dijo que el aumento de 37 millones de kilogramos en 2011 se produjo debido al crecimiento en la recaudación de los plásticos más allá de las botellas de los municipios en los Estados Unidos, según un comunicado de prensa. 

"Triplicar la tasa de reciclaje de plásticos rígidos en sólo seis años es un logro increíble", dijo Steve Alexander , director ejecutivo de la Asociación de Recicladores de Plásticos postconsumo (APR). "En un corto período de tiempo, los plásticos rígidos han convertido en la categoría de más rápido crecimiento en el el sector de reciclaje de plásticos, y estamos entusiasmados con el futuro". 

Alrededor del 57 por ciento de los plásticos rígidos recogidos fue procesado en los Estados Unidos y Canadá. El resto se exporta, principalmente a China. Las estadísticas de Reciclaje en 2012 no se vieron afectados por la política de la valla verde de China, que comenzó en febrero de 2013. 

Los plásticos de polipropileno y polietileno comprenden la porción más grande (72 por ciento) de postconsumo de plástico rígido recogidos en los Estados Unidos. Polipropileno representó el 38 por ciento de todos los plásticos rígidos reciclados y polietileno de alta densidad (HDPE) 34 por ciento. 

"Estamos encantados de ver este tipo de crecimiento en el reciclaje de los plásticos rígidos", dijo Steve Russell, vicepresidente de plásticos para el American Chemistry Council

Un informe separado Moore Reciclaje ha declarado que más del 60 por ciento de los estadounidenses tienen acceso local a un programa de reciclaje que recoge los plásticos rígidos. 


Foto: de Nacho (cc)

jueves, 20 de marzo de 2014

¿A dónde van los tapones que guardamos en casa?




Muchas familias guardan los tapones para entregarlos a una ONG / CONCHITINA.


El reciclaje del plástico no es sólo una cuestión de conciencia medioambiental. Puede ser también un negocio. Y rentable. A la recogida tradicional de los envases que se depositan en los contenedores amarillos se ha unido en los últimos años la recuperación selectiva de tapones. El número de empresas que los recogen para su reciclaje y manufactura crece constantemente debido a la rentabilidad del negocio. Pero, ¿por qué tapones? ¿Qué los distingue del resto de envases o productos plásticos? 

La clave está en que se trata de polímeros de mejor calidad, al tiempo que su toxicidad es menor. Se trata fundamentalmente de polietilenos y polipropilenos, cuyo reciclado es más sencillo porque son un producto más uniforme. Pero además, el volumen final de recogida es menor que en el caso de otros envases de mayor tamaño, por lo que su manipulación es más sencilla, además de que suelen llegar más limpios y con menos residuos. 

Tras su reciclaje se fabrica granza, una materia prima que sirve para elaborar productos como cajas (para frutas y hortalizas), revestimientos o aislantes. 

Más calidad y menos tóxico 

Su facilidad de recolección fomenta que haya tanto particulares como empresas o asociaciones benéficas dedicadas a su recogida para su posterior venta. La empresa Plásticos Díaz Cabellos S. L., de Alcalá de Guadaíra, dedica parte de sus esfuerzos a la compra, reciclaje y venta de tapones. "Llevamos un año desarrollando esta línea de negocio y ya supone el 20% del total que genera la compañía", explica su gerente, Alberto Díaz. 

Hasta las instalaciones de esta empresa sevillana llegan cada vez más interesados en vender tapones para recaudar fondos, aunque reconoce que no es un negocio tan sencillo. "Genera mucho trabajo a los que los recogen, pero también a nosotros, que tenemos que someter a los tapones a un proceso de triturado y lavado para salvar la materia que luego servirá para fabricar otros derivados del plástico", prosigue. 

No obstante, pese a lo costoso del proceso, las cuentas salen. Una empresa como Plásticos Díaz Cabellos compra la tonelada de tapones por 200 euros. Tras su tratamiento, la compañía la vende por 400 euros. El año pasado compraron entre 500 y 600 toneladas de estos pequeños tesoros. 

Saturación del mercado 

Otras empresas como la malagueña Replasur ofrecen algo menos, unos 150 euros por tonelada, pero igualmente reciben multitud de solicitudes, hasta el punto de que han decido ceñirse a colaborar con asociaciones benéficas, a las que solicitan un justificante del destino final de los fondos recaudados, ya que luego les cuesta encontrar interesados en la granza. 

Y es que la proliferación de empresas que comercian con polímeros ha provocado cierta saturación en el mercado. "Antes era más rentable, porque el plástico que sacábamos tras el reciclaje tenía más salida, pero ahora cada vez hay más empresas que se dedican a ello y muchas veces nos encontramos con varias decenas de toneladas en stock que no se venden y por las que nosotros ya hemos pagado", explica Alberto Díaz, de Plásticos Díaz Cabellos. 

La tragedia de Alcalá de Guadaíra 

Otro de los factores que ha jugado en contra de esta industria es la reciente muerte de tres miembros de una misma familia en Alcalá de Guadaíra, intoxicada por unos tapones que guardaban en un baño de la casa que habitaban. "Ha sido una tragedia. Ya explicamos a la Policía que esta familia traía plásticos a nuestra empresa para reciclar, pero casi nunca nos vendía tapones y si lo hacían era en cantidades muy pequeñas", lamenta el gerente de Plásticos Díaz Cabellos, de la que era proveedor el padre de esta familia y que no se explica de dónde pudieron sacar los tapones que les costaron la vida. De hecho, otras empresas similares en la provincia, como Interplasa, en Écija, han dejado esta línea de negocio tras conocer el drama de la familia alcalareña. 

Conviene subrayar que el agente contaminante que envenenó a la familia de Alcalá no está vinculado al tapón en sí mismo, sino a la sustancia que contenía el envase original y que impregnó los tapones. Se trata del fosfuro de aluminio, un plaguicida que, en contacto con el agua o la humedad, se transforma en un gas muy tóxico llamado fosfina, que provoca la muerte en pocas horas. El fosfuro de aluminio no forma parte de los productos que habitualmente se encuentran en una vivienda, de donde sale la mayoría de estos tapones. 

En cualquier caso, lo cierto es que estos pequeños plásticos son una fuente de ingresos para campañas benéficas, como la puesta en marcha por la Asociación de Tapones Solidarios del Sur, en colaboración con el Ayuntamiento de Sevilla el año pasado a favor de Carlos, un niño sevillano de 3 años con síndrome de Dravet, una enfermedad rara, o el exitoso caso de Aitana, una niña con una cardiopatía congénita que consiguió los 135.000 euros necesarios para operarse en Boston



Articulo escrito por: Pilar Macias 

El plástico: ¿Un material verde?



¿Puede contribuir el plástico al desarrollo sostenible? 

¿Puede ahorrar recursos y energía? 


Mientras una buena parte de la opinión pública sigue refiriéndose a él como el causante de muchos de los problemas ambientales de nuestro planeta Tierra, otros elevan el plástico a la categoría de material verde, y afirman que lo verdaderamente contaminante es el uso —o mejor, el mal uso— que hacemos de él. Pero lo cierto es que la progresión del plástico en los últimos años ha sido espectacular y, hoy por hoy, es un material insustituible en infinidad de aplicaciones. Aimplas y Cicloplast tratarán de arrojar luz al respecto en la jornada debate Sostenibilidad, Reciclado y Valorización de los Plásticos, que se celebrará en Valencia el 20 de noviembre. 

Javier García 




Muchos se plantean hasta qué punto es compatible el plástico con nuestro entorno, con el medio ambiente. Teresa Martínez, directora general de Cicloplast, sociedad sin ánimo de lucro que fomenta el reciclado de los plásticos al final de su vida útil, no tiene dudas. “El plástico, no sólo es compatible con la sostenibilidad, sino que contribuye muy positivamente a mejorar los tres pilares que la sustentan: economía, medio ambiente y sociedad”. 

Según explica, el sector de los plásticos representa el 2% del PIB en España, e integra a más de 4.000 empresas en nuestro país, que dan trabajo a más de 95.000 personas. “En Andalucía y Murcia se cultiva con apoyo de los plásticos, logrando que España sea uno de los principales proveedores de frutas y hortalizas de alta calidad en Europa”. Y es que el alto nivel de desarrollo económico de un país va siempre asociado a las innovaciones proporcionadas por los materiales plásticos en aplicaciones tales como el transporte y las comunicaciones. 

La directora de Cicloplast sostiene que con el uso de los plásticos se ahorra energía y se reducen las emisiones. “Sólo tenemos que pensar en los materiales aislantes de un edificio, las piezas de altas prestaciones de uso en automóvil o los envases inteligentes que protegen nuestros alimentos”. Y pone como ejemplo un automóvil. “Contiene de media un 15-20% de plásticos y gracias a ellos se ahorran 12 millones de toneladas al año de petróleo y se reducen en 30 millones de toneladas las emisiones de CO2”. 

Otro ejemplo: la energía necesaria para fabricar un aislamiento de espuma de plástico se recupera en los primeros cuatro meses de utilización. Además, según Martínez, durante la vida media del aislamiento se reducen en 290 millones de toneladas las emisiones de CO2. 

Por otro lado los plásticos contribuyen al bienestar y progreso social en ámbitos como la sanidad donde la implantación de válvulas cardiacas, prótesis o lentes oculares han sido posibles gracias a los plásticos. También destaca su papel en educación: “Los plásticos presentes en ordenadores, tablets o móviles han facilitado el acceso a la información y a la comunicación”. 

Los plásticos ahorran recursos y energía 

Hoy en día los materiales plásticos y sus diferentes procesos de transformación pueden dar respuesta a las necesidades de muchos sectores ya que pueden sustituir a materiales tradicionales como el metal, el vidrio o la madera. Algunas de sus características técnicas como su alta resistencia y versatilidad en el diseño o su ligereza, lo convierten en un material óptimo, explica la directora de Cicloplast. En muchas ocasiones, esta sustitución supone grandes ahorros energéticos y, por lo tanto, una importante reducción de las emisiones de CO2 asociadas.

Teresa Martínez: Directora General de Cicoplast.
Eva Verdejo: Responsable de Reciclado y Medio Ambiente de Aimplast.


El reciclado del plástico 

Los plásticos al final de su vida útil tienen un valor material y energético que es posible recuperar. Sin embargo, apunta la directora de Cicloplast, en España, el 54% de los residuos plásticos van a parar al vertedero. “El reciclado material es la principal forma de recuperación. Se obtienen nuevos productos de plástico reciclado a partir del residuo triturado, lavado y procesado gracias a la actividad de más de 100 industrias recicladoras de plástico instaladas en España”. 

Pero, ¿qué ocurre con el reciclado energético? Mientras que en el reciclado material de los plásticos España muestra un índice similar a la media europea (26%), cuando se trata de reciclado energético estamos a un nivel muy inferior (20%) que el resto de Europa, especialmente si nos comparamos con países punteros en medio ambiente como Alemania (66%), Dinamarca (71%) o Bélgica (66%), comenta Martínez. “Desde Cicloplast, apostamos por el aprovechamiento del valor material y energético. Si se produce un combustible sólido recuperado a partir de residuos plásticos, se consigue una importante reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero de cualquier instalación que utilice combustible convencional”. 

La energía de los residuos, otra forma de energía renovable 

Los plásticos pueden actuar como “un excelente combustible verde”, ya que tienen un poder calorífico similar al gas natural y superior a combustibles tradicionales como el fuel oil y el carbón. 

Si los plásticos son energía, ¿por qué enterrar energía? La cuestión es cómo evitar que los plásticos acaben en vertederos. Martínez parece tener la solución: “Hay que aplicar políticas integradas de gestión que combinen el reciclado material y el energético”. 

En España cobra mucha importancia la búsqueda de fuentes de energía alternativas, debido a nuestra fuerte dependencia energética. “La valorización energética de residuos plásticos se considera energía renovable”, afirma Eva Verdejo, responsable de Reciclado y Medio Ambiente del Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas). Además de este tipo de gestión de residuos plásticos, no hay que olvidar que existen otros sistemas como el reciclado mecánico. Éste no proporciona directamente una fuente de energía como tal, explica Verdejo, pero es “muy importante desde el punto de vista de la sostenibilidad, ya que evita el impacto ambiental y económico que supone la extracción y el consumo de recursos naturales, para dar lugar a nuevos productos”. Afortunadamente, ambos sistemas —valorización energética y reciclado mecánico— son compatibles. “Basta con evaluar la eficacia de cada uno de ellos caso por caso, bajo criterios técnicos, económicos y ambientales”, añade. 

La legislación que regula el plástico como residuo 

¿Avanza la legislación en la adecuada gestión de residuos plásticos? Para Eva Verdejo, de Aimplas, sí. “La Directiva Marco de Residuos (Directiva 2008/98/CE), por ejemplo, es muy positiva ya que establece y refuerza conceptos como el reciclado o la valorización energética y especialmente la prevención. No obstante, puntualiza Verdejo, “hay otros aspectos que deben potenciarse, como por ejemplo, la responsabilidad ampliada del productor, que si se define adecuadamente puede dar un impulso a la valorización de residuos plásticos” 

Con respecto a las legislaciones sectoriales (automoción o eléctrico-electrónico) Aimplas considera que sería positivo marcar objetivos de valorización por materiales, como ya ocurre en la legislación de envases y residuos de envases (Directiva 94/62/CE y sus modificaciones posteriores). Además, de forma complementaria a estas legislaciones, habría que incidir en una regulación de vertederos “realista”, en lo que respecta a los materiales que se deberían excluir de este destino, así como en una homogenización de precios entre vertederos —tanto a nivel de países como de regiones dentro de un mismo país— que impida el traslado de residuos de un lugar a otro y favorezca la valorización de residuos. “Es necesaria la inversión y el apoyo en I+D, para que los objetivos y metas previstas en la legislación se traduzcan en una realidad y alcanzar así un modelo de desarrollo más sostenible”, apunta la responsable de Reciclado y Medio Ambiente de Aimplas. 

El plástico en sociedad 

Las organizaciones que representan a la industria de los plásticos tienen aún mucho por hacer en la tarea de informar y formar al ciudadano, ya que, según afirma la directora de Cicloplast, existe un amplio desconocimiento sobre la realidad de este material. “Casi nadie sabe que los plásticos, en su primera vida útil, aportan ventajas para el medio ambiente”, sostiene. En este sentido, Cicloplast está impartiendo conferencias, cursos y jornadas a diversos públicos desmontando los falsos mitos sobre los plásticos en su relación con el medio ambiente. 

Pese a la poca información o desinformación del ciudadano sobre los beneficios del plástico para nuestra sociedad, su grado de compromiso con el reciclado parece ir en aumento en los últimos años. “La participación ciudadana en las recogidas selectivas de los plásticos en el contenedor amarillo es cada vez mejor en cantidad y, sobre todo, en calidad. Parece que hay muchos menos errores. Tenemos en España un índice de impropios similar a la media europea. Y eso que empezamos más tarde que ellos”, comenta al respecto Martínez. 

En 2011 España recicló 344.589 toneladas de plástico de origen doméstico. Esto supone un aumento del reciclado de plásticos en un 6,7 % con respecto al año anterior, y confirma la tendencia ascendente de los últimos años con un ritmo de crecimiento del 18% de media anual. Mientras que en otros países europeos sólo se reciclan las botellas, en España se reciclan todo tipo de envases plásticos. Botellas de leche o agua, tarrinas de lácteos, envases de champú o de corcho blanco, bolsas y filmes de plástico pueden ser depositados en el amarillo y todos ellos se reciclarán, gracias al Sistema de Punto verde, gestionado por Ecoembes. En opinión de Cicloplast, para continuar mejorando hay que seguir apostando por actividades de educación ambiental, además de proyectos de investigación que aporten soluciones ecoeficientes y sostenibles a los mercados finales para los plásticos reciclados. 

Foto: Ticona.


La investigación en materiales plásticos 

El campo de los materiales plásticos es una fuente constante de avances tecnológicos en la amplia variedad de aplicaciones en los que están incluidos. Algunos de estos avances, explica Eva Verdejo, de Aimplas, están relacionados directamente con la sostenibilidad como, por ejemplo, el uso de materiales reciclados, biodegradables o procedentes de fuentes renovables, el desarrollo de nuevas tecnologías de procesado y de tratamiento de superficies más eficientes y con un menor consumo energético, o el reciclado de residuos complejos y de aplicación en sectores de mayor valor añadido. 

Otros avances no persiguen directamente la sostenibilidad, aunque deben desarrollarse teniendo en cuenta esta premisa. En este grupo, Verdejo destaca el uso de la nanotecnología, que permitirá dotar a los materiales plásticos del futuro de nuevas propiedades como, por ejemplo, conductividad, materiales que no se rayen, que aumenten la conservación de los alimentos que envasan o materiales que se limpien por sí mismos o se autorreparen. “La lista es muy amplia, porque las posibilidades de los materiales plásticos también lo son”, sostiene la investigadora de Aimpas. 

El futuro del plástico 

Gracias a sus múltiples cualidades y prestaciones, el plástico es la primera opción como material en muchas aplicaciones y sectores diferentes. Los desarrollos realizados en los últimos años han permitido al plástico superar barreras antes impensables. Así, explica Verdejo, en envases se han llevado a cabo desarrollos alternativos al metal y el vidrio para conservas. En construcción, existen materiales composites que permiten desarrollar elementos alternativos al hormigón o el metal, mientras que en automoción, el porcentaje de plástico se ha incrementado gracias a las nuevas funcionalidades que ofrece el material y que permiten un ahorro energético importante debido a su mayor ligereza. En otros sectores como la aeronáutica, se han conseguido recubrimientos que evitan el hielo en las alas de los aviones, y en náutica, se han desarrollado materiales resistentes al impacto de bala. “El plástico también se ha posicionado como referencia en el sector eléctrico-electrónico y de deporte y ocio, entre otros. Las posibilidades y los ejemplos son infinitos”, asegura Verdejo. 

La responsable del departamento de reciclado y medio ambiente de Aimplas recuerda que en todos los sectores todavía queda mucho camino que recorrer. “Se ha conseguido mucho, pero hay que seguir avanzando en la investigación, el desarrollo y la innovación, y también en la formación y en la difusión”, sentencia Verdejo. 


Publicado en: Interempresas

martes, 18 de marzo de 2014

Artistas falleros: Poliestierno expandido, informática y robots


El diseño y construcción de fallas y fogueres, como todo, ha ido evolucionando con el paso del tiempo y hoy se puede beneficiar del uso de la informática y los robots para el diseño y construcción de los ninots. 

En el proceso tradicional de construcción de una falla o foguera, primero se dibuja el monumento, sus escenas y sus figuras, luego se moldea en arcilla el ninot o partes de él como manos, cabezas, cuerpos, etc., de esta figura en arcilla se obtiene un molde de escayola reutilizable, en este molde se aplica el cartón encolado que una vez seco dará lugar a la pieza en cartón piedra lista para ser unida al resto de piezas, empapelada, lijada y pintada. 

Los ninots nuevos requieren moldes nuevos, pero una vez obtenidos los moldes se pueden reutilizar para construir fallas con menor presupuesto y mayor rapidez. 

La introducción del poliestireno expandido (corcho blanco) ha supuesto una revolución en la construcción de fallas; su ligereza ha permitido la construcción de ninots gigantes y fallas con volúmenes antes imposibles. Con el poliestireno el proceso final de construcción, desde el empapelado hasta el pintado, es el mismo que con el cartón, pero el principio es distinto. Aquí se traslada el dibujo sobre las piezas de poliestireno, que posteriormente son talladas a mano a base de ir retirando capas de material con distintos instrumentos. 

Si se desea reproducir un ninot en otras ocasiones se puede hacer un molde de la figura tallada, antes de proceder a su acabado, y así poder usar el molde para reproducir el ninot en cartón posteriormente. 

Ahora, investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) proponen modelar las fallas y fogueres directamente en el ordenador y tallar los ninots con un robot fresador. Diseñarlas en el ordenador tiene, entre otras, la ventaja de que se puede calcular con exactitud el peso de las figuras, sus centros de gravedad y la distribución de los pesos y volúmenes, de este modo se evitan problemas de monumentos que caen o se rompen por una mala distribución del peso o falta de resistencia estructural al viento. Con el método tradicional estas cosas no se conocen hasta que se ha construido la falla y se van montando las figuras y se hace más o menos a ojo. 

El brazo robótico es capaz de realizar un tallado de alta precisión, directamente en una pieza, y ofrecer un buen acabado. Además permite hacer tantas copias idénticas como se necesite de cada pieza. El diseño por ordenador permite la fácil y rápida reutilización de elementos entre distintos monumentos. Pudiéndose hacerse cada artista su propia biblioteca de elementos con los que componer los ninots y las escenas. 

Aún en el caso de que el artista prefiera moldear la falla en minuatura con arcilla, el proceso se puede beneficiar de la tecnología, pues el modelo puede ser digitalizado con un escáner 3D y terminado de procesar en el ordenador. 

Una vez diseñada la falla en 3D se puede usar una impresora 3D para construir la maqueta o algunos elementos pequeños. También se pueden imprimir vistas de la falla para presentar los bocetos o incluso presentar la falla con una animación 3D. 

Este uso de la informática también facilita el cálculo del material necesario para la construcción y del tiempo preciso para el tallado, lo que posibilita una mejor planificación y presupuesto. También permite solapar tareas, pues se puede simultanear varias tareas, como ir construyendo el armazón mientras se está modelando, o ir acabando unas figuras mientras se van tallando otras. 

El uso de la informática puede revolucionar el mundo de la creación de fallas y fogueres, pero también de carrozas, decorados, muñecos para cabalgatas, etc. lo que facilitará la amortización de la inversión necesaria para la adquisición del equipamiento.

 

lunes, 17 de marzo de 2014

La destilación convierte bolsas de plástico usadas en combustible


Investigadores de la Universidad de Illinois han desarrollado una manera de hacer útiles esas omnipresentes bolsas de plástico que ensucian tanto paisajes terrestres y marinos, convirtiéndolas en diesel, gas natural y otros productos derivados del petróleo. 

Según un artículo de ScienceDaily, la conversión "produce significativamente más energía de la que necesita y los resultados en los combustibles de transporte (diésel, por ejemplo que se pueden mezclar con los motores diésel y biodiesel de bajo azufre. Otros productos, como el gas natural, nafta (un disolvente), gasolina, ceras y aceites lubricantes tales como aceite de motor y aceite hidráulico también se pueden obtener a partir de bolsas de la compra", dijeron los investigadores . 

Un informe sobre el estudio fue publicado el mes pasado en la revista académica Fuel Processing Technology. El proceso consiste en calentar las bolsas en una cámara sin oxígeno, un proceso llamado pirólisis, dijo Kumar Sharma Brajendra, científico investigador senior en el Centro de Tecnología Sostenible Illinois, quien dirigió la investigación, y se cita en el artículo de ScienceDaily. 

"Se puede obtener sólo el 50 a 55 por ciento de combustible de la destilación de petróleo crudo de petróleo", dijo Sharma. "Pero ya que este plástico está hecho de petróleo se puede recuperar casi el 80 por ciento de combustible de la misma a través de la destilación". 

 Los estadounidenses desechan alrededor de 100 millones de bolsas de plástico de la compra cada año, según el Instituto Worldwatch, y sólo alrededor del 13 por ciento de ellos son reciclados. El resto termina en vertederos o en la naturaleza. Las bolsas de plástico también comprenden una gran parte de los desechos de plástico en la basura que hay en el mar que matan la vida silvestre y ensucian la arena de las playas. 

Las bolsas de plástico "se han detectado hasta en el norte y el sur que los polos", escribieron los investigadores. "Después un período de tiempo, este material empieza a romperse en pequeños pedazos, y es ingerido junto con el plancton por los animales acuáticos", señaló Sharma. Peces, aves, mamíferos marinos y otras criaturas se han encontrado con una gran cantidad de partículas de plástico en sus entrañas, dijo Sharma. 

 "Las tortugas, por ejemplo, piensan que las bolsas de plástico son medusas, y se las tratan de comer", dijo. Las otras criaturas se enredan en las bolsas. 

Estudios previos han utilizado la pirólisis para convertir las bolsas de plástico en petróleo crudo. El equipo de Sharma tomó la investigación más por "fraccionamiento" del petróleo crudo en diferentes productos derivados del petróleo y prueba de las fracciones diésel para ver si cumplían con las normas nacionales de los combustibles diésel y biodiésel de bajo azufre. 

 "Una mezcla de dos fracciones de destilados, que proporcionan el equivalente de EEUU a diesel#2, reunió con todas las especificaciones" requeridas de otros combustibles diésel en uso hoy en día (después de la adición de un antioxidante), dijo Sharma. "Esta mezcla diésel tenía un contenido de energía equivalente con mayor número de cetano (medida de la calidad de la combustión de diésel de encendido por compresión) y una mejor lubricidad que el diésel de bajo contenido de azufre". 

Los investigadores fueron capaces de combinar hasta un 30 por ciento de su gasolina plástico derivado en el diesel normal , "y no encontraron problemas de compatibilidad con el biodiesel", dijo Sharma. "Es perfecto", agregó. 

Tiene sentido: Las bolsas de plástico son un producto derivado del petróleo y la ventaja es que el proceso de conversión produce significativamente más energía de la que necesita. La energía de la basura es el camino a seguir porque somos muy buenos en la producción de un montón de basura. 

Fuente: Gestores de Residuos

viernes, 14 de marzo de 2014

Dos alumnos de ingeniería inventan una máquina que recicla el plástico más utilizado en vasos y platos


Máquina de reciclar.


Convierte de manera eficiente cualquier presentación del material, previamente usado, en pequeñas esferas reutilizables en la fabricación de reglas, plumas o marcos 

Dos alumnos de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM presentaron el prototipo de la primera máquina mexicana que recicla poliestireno expandido (EPS, por sus siglas en inglés), también conocido como unicel, uno de los materiales plásticos más utilizados para elaborar vasos y platos, así como empaques de productos. 

El prototipo REPS-01 (que significa Reciclaje de EPS prototipo 01) es una tecnología nacional que convierte de manera eficiente cualquier presentación del material, previamente usado, en pequeñas esferas reutilizables en la fabricación de reglas, plumas o marcos. 

La máquina representó un reto para sus creadores porque no había antecedentes de una herramienta para reciclar el material, e incluso el diseño de una de las piezas, llamada husillo, requirió más de seis meses de trabajo, reveló el alumno y coautor del prototipo, Héctor Ortiz Chávez, quien acaba de concluir el último semestre de la licenciatura en Ingeniería Mecánica y elabora actualmente su tesis con este proyecto. 

En conferencia de medios realizada en el Centro de Ingeniería Avanzada de la FI, Jorge Luis Hinojosa Magaña, también coautor de la máquina y estudiante de la misma carrera, consideró que el prototipo representa un paso importante al combinar un proyecto universitario con la aventura de ser emprendedores. 

"Llegamos a este momento luego de realizar, como integrantes de la Sociedad de Energía y Medio Ambiente de la FI, un estudio sobre el reciclaje en Ciudad Universitaria y una campaña para promover una cultura para impulsar el correcto manejo de los residuos sólidos", destacó. 

"Descubrimos que este material tiene un potencial de reciclaje muy alto, el problema es que no existen prácticas formales para su acopio ni tecnología mexicana para este propósito. Con apoyo de la empresa Dart de México decidimos este desarrollo, que hoy se puede convertir en una herramienta útil para empresas y gobiernos que hacen uso intensivo de este material", añadió Ortiz. 

La construcción fue posible con el apoyo de esa empresa y de la Sociedad de Exalumnos de la Facultad de Ingeniería (SEFI). Ahora, Ortiz e Hinojosa trabajan en un plan de negocios para avanzar en su propia microempresa, Rennueva, que se especializará en tecnologías sustentables. 

Termodensificado

La REPS-01 utiliza un proceso a base de calor conocido como termodensificado, que extrae la materia prima de los productos desechables, los cuales están integrados en 95 por ciento de aire y cinco por ciento de poliestireno. 

Tras calentar y comprimir el material, se desecha el aire y se obtiene una pasta, con la que se hacen tiras y luego pequeñas perlas o bolitas milimétricas (conocidas como pellets), disponibles para la creación de nuevos artículos plásticos. 

En 2011, Ortiz e Hinojosa realizaron su investigación en la UNAM para ver el impacto real que tiene el material en los aspectos sociales, económicos y técnicos. Los resultados mostraron la importancia del poliestireno expandido en la sociedad mexicana y el potencial para generar empleos con un programa de reciclaje. 

A partir de este incentivo, comenzaron el diseño del prototipo y reintroducir el unicel a la cadena de valor; como objetivo principal contemplaron ser un producto de costo, consumo energético y mantenimiento bajos, hecho con partes 100 por ciento nacionales. 

Con la innovación y compromiso de los jóvenes estudiantes se ha desarrollado esta tecnología en México que permite, por primera vez, que el tratamiento del unicel sea procesado con un equipo hecho 100 por ciento en el país, expuso José Gonzalo Guerrero Zepeda, director de la FI. 

En tanto, Rafael Vargas, presidente de la Comisión de la Industria del Plástico, Responsabilidad y Desarrollo Sustentable de la Cámara Nacional de la Industria Química, externó que este proyecto nacido en la UNAM une visiones sobre el manejo de residuos sólidos en favor de la sociedad y el medio ambiente. 

Por su parte, José del Cueto, presidente de la Asociación Nacional de la Industria del Plástico, comentó que proyectos como éste ayudarán a incrementar el reciclaje de poliestireno en el país, que apenas llega al 11 por ciento. 

El poliestireno expandido tiene importantes ventajas: es un aislante térmico, ligero, resiste la humedad y no se pudre ni sirve de sustrato a microorganismos, pero como otros derivados del petróleo, es altamente contaminante, de difícil degradación, inflamable y de compleja transportación debido a su volumen.